Colección
Una obra en la que las matemáticas cobran vida
Las matemáticas han marcado el paso del progreso humano y son imprescindibles para comprender nuestro mundo.
En esta colección podrás descubrirlas con un enfoque totalmente nuevo: a través de las vidas de sus creadores.
Porque las grandes hallazgos matemáticos son fruto de genios con formas únicas de pensar. De mentes maravillosas, que vivieron y crearon en épocas tan distintas como la antigua Grecia, la Francia revolucionaria o la Alemania nazi.
Gauss y la teoría de números, Leibniz y el cálculo infinitesimal, Laplace y la mecánica celeste, Euler y el análisis, Hilbert y los axiomas de las matemáticas…
¿Sabías que…?
Newton y Leibniz se enfrentaron por la paternidad del cálculo infinitesimal en un conflicto que duró décadas.
Turing puso en práctica sus teorías pioneras sobre la computación descifrando los mensajes de los nazis en unas instalaciones secretas del gobierno británico.
Fermat robaba horas a su trabajo de abogado para poderlas dedicar a las matemáticas. Le cundió lo bastante como para sentar las bases de la probabilidad, la teoría de números y el cálculo.





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1ª EntregaGauss
Carl Friedrich Gauss mereció en vida el apelativo de «príncipe de los matemáticos», y en los dos siglos que han transcurrido desde su muerte nadie le ha discutido este lugar de privilegio. Su figura guarda interesantes paralelismos con la de otro genial contemporáneo y compatriota: W. A. Mozart. Ambos fueron niños prodigio cuyas carreras patrocinaron gobernantes ansiosos por vincular sus respectivas cortes a las mayores promesas de las artes y las ciencias. A diferencia del compositor, Gauss tuvo la fortuna de gozar de una vida larga y tranquila, lo que redundó en aportaciones fundamentales en geometría, estadística, astronomía o física. De entre todas ellas destacan las relativas a la teoría de números, es decir, la que versa sobre las propiedades de los números; un campo científico que Gauss labró con mimo y del cual recogió algunos de los frutos más exuberantes del pensamiento humano.

2ª EntregaEuler
Leonhard Euler es, sin duda, el gran matemático del Siglo de las Luces y uno de los más destacados de la historia. Aunque su nombre está indisolublemente asociado al análisis matemático (series, límites y cálculo diferencial), su ingente labor científica no acaba aquí: realizó aportaciones fundamentales en geometría y teoría de números, creó de la nada una nueva área de investigación, la teoría de grafos, y publicó in nidad de estudios de temas tan diversos como la hidrodinámica, la mecánica, la astronomía, la óptica o la ingeniería naval. Y en el curso de todo ello renovó y estableció criterios de notación matemática muy próximos a los que se siguen utilizando hoy. Nada científico le era ajeno y su mente excepcional nos ha legado una obra ingente, escrita en el seno de las mejores academias científicas del siglo XVIII, la de San Petersburgo y la de Berlín, en la que destacan Introductio in analysin in nitorum, Institutiones calculi diferentialis e Institutiones calculi integralis.
Leibniz
Gottfried Wilhelm Leibniz es uno de los mayores genios de la historia de las matemáticas. Vivió a caballo entre los siglos XVII y XVIII, una época de grandes transformaciones sociales, políticas y científicas. Aunque su influencia se extiende a casi todos los ámbitos del saber (la física, la losofía, la historia, la jurisprudencia), su legado más importante es sin duda el matemático. Además de la numeración binaria y de una de las primeras calculadoras de la historia, suya es la invención, independientemente de Newton, de la herramienta más poderosa a la hora de describir matemáticamente el mundo físico: el cálculo infinitesimal.

3ª EntregaLaplace
Pierre-Simon de Laplace influyó notablemente en la globalización de la ciencia y la técnica que tuvo lugar a lo largo del siglo XIX. Dotó a la física de Newton de una sólida armazón matemática y sistematizó los resultados dispersos de la emergente disciplina de la probabilidad. Su éxito a la hora de modelizar los más distintos aspectos de la realidad le convenció de que todo estaba determinado: la espontaneidad y el libre albedrío no son, afirmó, sino meras ilusiones. Gracias a estas aportaciones se ganó el prestigio de la Francia posrevolucionaria y, con el apoyo de Napoleón, dibujó las instituciones científicas del nuevo Estado. Suya fue, además, la firma al pie del decreto que hizo obligatorio el uso del sistema métrico decimal.

4ª EntregaHilbert
David Hilbert quiso conducir a las matemáticas del caos metodológico que las caracterizaba a finales del siglo XIX a un orden basado en el axioma que las fundamentara sólida y completamente. Este monumental proyecto acabó fracasando, pero el proceso en sí cambió por siempre la faz de la disciplina. En su búsqueda de unas matemáticas «ideales», sin contradicciones, las exploró casi por entero, e incluso se adentró en la física, para dotar a la mecánica cuántica de la estructura que lleva su nombre: el espacio de Hilbert. Figura de enorme carisma entre sus colegas, sus famosos veintitrés problemas abiertos, presentados en 1900, marcaron el paso de la disciplina durante décadas. Hizo de la alemana Gotinga la capital mundial de las matemáticas, pero tuvo que verla asolada por las purgas nazis. Su famosa frase «Debemos saber, sabremos», grabada en su tumba, refleja el ansia de conocimiento del último gran matemático universal.

5ª EntregaTuring
Tres-catorce-quince... esta familiar cantinela describe la razón entre la longitud de una circunferencia y su radio, también conocida como número Pi. Objeto de estudio desde lo albores mismos de la civilización, ningún otro número ha despertado tanto interés y controversia a través de la épocas.